No preguntarte me salva.
Si llegase a preguntar
antes de decir t� nada,
�qu� claro estar�a todo,
todo qu� acabado ya!
Ser�a cambiar tus brazos,
tus auroras, indecisas
de hacia qui�n,
ser�a cambiar la duda
donde vives, donde vivo
como en un gran mundo a oscuras,
por una moneda fr�a
y clara: lo que es verdad.
Te marchar�as, entonces.
Donde est� tu cuerpo ahora,
vacilante, todo tr�mulo
de besarme o no, estar�a
la certidumbre: tu ausencia
sin labios. Y donde est�
ahora la angustia, el tormento,
cielos negros, estrellados
de puede ser, de quiz�s,
no habr�a m�s que ella sola.
Mi �nica amante ya siempre,
y yo a tu lado, sin ti.
Yo solo con la verdad.


Pedro Salinas, La voz a ti debida